martes, 13 de diciembre de 2011



La puesta en escena quedo a un lado. Esa manía tan cotidiana y habitual de imaginarnos esa conversación. Esa secuencia ininterrumpida que a cada momento coge más fuerza sobre ti.
Quiero imaginar y pensar que todo se hablará comeremos perdices y seremos felices. Un bonito final, pero con mal encajar en un concluyente resultado exacto y exhaustivo a más no poder.
Te quiero y nos queremos, pero eso da igual en las ciencias exactas son así. Dan 100.000 y demuestran 1000. Mk.

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